jueves, 21 de julio de 2011

Casino Jack, film autobiográfico de la profesión del rrpp?



Para empezar bien relajado:

Casino Jack, es una película que cuenta con una soberbia actuación de Kevin Spacey; sobre un tema álgido dentro de nuestra querida profesión: Lobbying.

Desde el punto de vista de la definición de la actividad, Lobbying es una función estratégica dentro del quehacer de todo profesional de las relaciones públicas. A través de la comunicación, el Lobbying, busca generar un marco regulatorio favorable a los objetivos de la organización. Se hace necesario entonces recordar, que con el término comunicación hago mención a la práctica del intercambio de información que sólo se logra estableciendo lazos estrechos con los entes reguladores de la actividad de interés de nuestro cliente u organización que representemos.
El diccionario de la Real Academia Española nos brinda una definición, que puede estar dando solo una acepción o perfil de lobbying: grupo de personas influyentes, organizado para presionar en favor de determinados intereses. Para los no especializados, daría la impresión de que es un grupo de personas casi sin escrúpulos o con muy poca moral, ni hablar de la ética, que buscan influenciar mediante dádivas, chantajes y sofisticados servicios de inteligencia, obtener réditos y beneficios con la promulgación de leyes, que van y vienen por los pasillos de parlamentos en el mundo entero (por lo menos el occidental). Jack Abramoff y sus secuases (C. Jack), cumplen con este estereotipo, y al mismo tiempo los casos resonantes son los de Lobbyist que terminan en la cárcel o demandados por fraudes, entre otros. Claro que no es menos cierto que tambien existe un trabajo que tiene que ver con conocer las necesidades y requerimientos legales para que determinda actividad pueda llevarse a cabo, sin ofrecer nada a cambio mas que la buena relación, logrando el entendimiento mutuo necesario para beneficio de la sociedad, el estado y la organización.
Una vez más amigos relacionistas, nos vemos en la difícil tarea de ver como algunos bastardean la profesión, quedando en nosotros enaltecer nuestro trabajo, aunque permanezca oculto, el mejor discurso es el que "se escucha" como si quien lo lee fuese quien lo ha escrito. Pero es así nuestro trabajo, el glamour es sólo para ciertos ámbitos, ocupamos una posición estratégica y no nos pagan para figurar, sino que nos pagan por los resultados. 
Para terminar con esta primer entrada les dejo el  código de ética según el Consejo Profesional de Relaciones Públicas de la República Argentina.